Este libro es una sugerente invitación a pensar la educación desde las posibilidades e intereses autónomos de los niños y niñas, desde su vitalista capacidad para explorar, investigar, descubrir, y crear por si mismos. Lo contrario, señala su autor, es someter la escolarización a la imposición de principios que hunden sus raíces discursivas en la poderosa hegemonía del catolicismo y los estados-nación.
La crítica a la escolarización tradicional y la posibilidad de otras alternativas libertarias se fundamentan aquí en la consolidada experiencia de la escuela Sudbury Valley basada en el cultivo de la responsabilidad, la autonomía, la importancia estratégica del juego para la adquisición de capacidades y conocimientos, y la ausencia de temor al relacionarse con figuras de autoridad. El texto otorga especial relevancia al poder educativo del juego como una actitud mental, un espíritu lúdico y una actividad relacional libremente elegida.
Peter Gray construye un discurso optimista al ver crecer, en diferentes ciudades y paises, iniciativas de personas que promueven modelos escolares, al modo e Sudbury Valley, donde el principio de felicidad esta en la base de la escolaridad. 320 páginas muy bien fundamentadas, para facilitar un debate intenso sobre una iniciativa tan polémica como interesante y provocadora. Y ciertamente, hacen falta empujoncitos así, que nos saquen de los esquemas tradicionales desde los que pensamos la escuela.
Jaume Martínez Bonafé
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