martes, 2 de agosto de 2011

EDUCAR LA MIRADA PARA EL CULTIVO DE LA CIUDADANÍA CRÍTICA

Congreso Internacional sobre: "Mejora Educativa y Ciudadanía Crítica".
FUE.UJI Castelló, octubre 2011.
Jaume Martínez Bonafé
Dpt. Didáctica y Organización Escolar. Universitat de Valencia

Termática de trabajo:
Estrategias para el aprendizaje dialógico y la educación popular

Resumen:
Se describe una práctica didáctica en formato de taller, en el que se pone al sujeto educador en situación de aprender de la experiencia exploratoria del espacio urbano. El proyecto se inscribe en el marco conceptual de los estudios culturales, la educación situada y una teoría del aprendizaje que toma la experiencia vivida como posibilidad de interpretación crítica. La base epistemológica parte de procedimientos para pasar a la conceptualización.



…. No hablo de la ciudad sino de aquello en lo que a través de ella nos hemos convertido”
Rainer-María Rilke. Del Diario Florentino.
El Taller “Educar la mirada/Documentar la ciudad” es una propuesta de exploración del entorno urbano y agrícola, con intencionalidad social, cultural y educativa. Pretendemos pensar la ciudad pensando el sujeto que la habita; el sujeto que la interpreta, que la vive o malvive. La ciudad es una forma material de la cultura; un complejo dispositivo cultural, de donde emergen mensajes, significaciones, donde se construyen y destruyen experiencias, donde se alimentan los relatos, las narraciones, donde se forman y transforman las biografías . El taller se inscribe en un amplio programa de estudio de la ciudad como proyecto didáctico; estudiar la ciudad como curriculum, es decir, como “texto” que penetra la experiencia de subjetivación en los diferentes programas educativos en los que a lo largo de la vida participa el sujeto. La ciudad es curriculum, el curriculum es ciudad. El sujeto habita la ciudad y es habitado por ella. El curriculum habita el sujeto y es habitado por él. Con ello pretendo subrayar el carácter dinámico de toda producción cultural, de todo aquello que cualquier ser humano genera y significa en sus prácticas individuales e institucionales.
Pues bien, en el interior de este programa, la finalidad del Taller es aprender a mirar la complejidad de la vida cotidiana en un contexto urbano. El ejercicio requiere activar la capacidad de observación, discriminación, interpretación y análisis sobre fenómenos, objetos, sujetos, comportamientos, procesos y realidades que se muestran en el pasear de la calle y los entornos asociados.
Es la misma idea del “flaneur” del que hablaba Baudelaire y que recupera magistralmente Walter Benjamin en esa inmensa catedral inacabada que es el Libro de los Pasajes. Aquel sujeto que deambula por la ciudad sin rumbo fijo, el que pasea sin saber a dónde va curioseando aquí y allá sin hacer nada de provecho perpetrando un callejeo ocioso. El territorio urbano es para él, objeto de una mirada distinta, extraviada, que contempla los escaparates sin pensar en adquirir producto alguno. Así, el mismo Baudelaire refleja su experiencia de paseante-observante en su poema “A una transeúnte”:
La calle atronadora aullaba en torno mío.
Alta, esbelta, enlutada, con un dolor de reina
una dama pasó, que con gesto fastuoso
recogía, oscilantes, las vueltas de sus velos,
Agilísima y noble, con dos piernas marmóreas.

De súbito bebí, con crispación de loco.
Y en su mirada lívida, centro de mil tornados,
el placer que aniquila, la miel paralizante.
Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza
cuya mirada me hizo, de un golpe, renacer.

¿Salvo en la eternidad, no he de verte jamás?
¡En todo caso lejos, ya tarde, tal vez nunca!
Que no sé a dónde huiste, ni sospechas mi ruta,
¡Tú a quien hubiese amado. Oh tú, que lo supiste!

Cuando comento en el aula este poema subrayo la extraordinaria capacidad del poeta para construir, de un instante, de un cruce efímero de miradas, de una situación volátil e irrepetible, todo un complejo mundo de pasión y sentimientos, de deseo y proyección de subjetividades. Y creo que esa capacidad -vamos a llamar poética- ha de estar de alguna manera presente en el educador: el que saber mirar, el que interpreta y construye desde un pensamiento situado, el que pone el cuerpo en el empeño porque sabe que no hay conocimiento que valga si no se entraña en la experiencia personal.
Las tres herramientas conceptuales básicas (pero no únicas, claro) en esta tarea son las de complejidad cultural, urbanismo social y educación popular. Las herramientas procedimentales tienen que ver con el análisis cultural, la observación participante y el trabajo sobre/con narrativas. En el taller se subraya especialmente el carácter femenino de la palabra: la oralidad como tertulia, conversación, y consejo, el hablar en voz alta para comunicar lo propio, sin marcos prefijados al margen del momento vivido.


Descripción de la actividad.
En primer lugar acotamos un espacio urbano de la ciudad. En todos los casos han sido espacios que podríamos identificar como barrios diferentes de la ciudad de València (hemos estado en Russafa, Cabanyal, Benimaclet, Marxalenes, Orriols, Belluters, parque del Turia, Campanar, ... aunque en ningún caso identificamos el espacio y la actividad como "visita al barrio...". Como somos un grupo numeroso, nos dividimos en grupos pequeños de no más de 5 o 6 personas.
La actividad consiste en deambular a la deriva por ese espacio acotado, iniciando cada grupo el recorrido desde diferentes esquinas o extremos del barrio. Cada cual observa y comenta lo que encuentra significativo, lo que le sorprende, le interroga o le provoca. Lo que encuentra de común y también lo que encuentra de diferente. Y cada cual utiliza para ello toda la capacidad de sus sentidos corporales. No es necesario anotar nada, aunque si alguien prefiere llevar un pequeño cuaderno de campo o cualquier otro pequeño artefacto –cámara fotográfica, etc- lo puede hacer. En el recorrido vivimos experiencias diversas y nos suceden coss diferentes a cada uno de los paricipantes. Nos sorprende laarquitectura de un edificio, el rostro de un viandante, la lengua que escuchamos, el aroma de las pastas en un horno, lo que muestra un escaparate, la clientela de un bar, y en fin, una multiplicidad de de experiencias y situaciones del cotidiano, aparentemente irrelevantes, y sin embargo, productoras cada una de ellas de la cultura popular.
El recorrido suele durar de dos a tres horas, se suele hacer por la tarde, y al final del mismo nos citamos todo el grupo en los locales del Centro de Juventud del barrio, o en algún centro social o cultural de la zona.
En ese local, mientras tomamos algo -en Russafa fue té preparado a la manera del Magreb- , cruzamos nuestras respectivas miradas sobre el barrio. Comentamos la experiencia vivida, aprendiendo y revisando nuestras percepciones desde la escucha hacia los otros. Es un momento mágico porque explota la riqueza de la esteticidad , que es una forma de mirar mediada por la conciencia, y surge el aprendizaje desde la sorpresa, el contraste y la complementariedad de las miradas interpretativas. Algo muy parecido a lo que la pedagogía freiriana llama aprendizaje dialógico.

Finalmente, y de un modo individual, cada cual escribe su experiencia. Puede escribir utilizando todos los recursos disponibles de la escritura, y puede también acompañar el texto con cualquier otro recurso visual. Con todos los documentos producidos elaboramos una publicación, que repartimos entre el grupo de clase. Es algo así como "El libro de la ciudad" como resultado de la escritura colectiva de los y las participantes.

Debo advertir, todavía, que la experiencia ha venido enriqueciéndose a lo largo del tiempo, en el que hemos venido ensayando diferentes modalidades. El curso 2009-2010 realizamos el Taller con adolescentes de diferentes barriadas de la ciudad. Eran los chavales del instituto lo que nos conducían en la exploración, y eran esos mismos los que acudían a otro barrio, otro día, para ser conducidos por los chavales de ese otro barrio. En este curso 2010-2011 el taller lo estamos realizando desde una experiencia de encuentro interuniversitario, compartiendo juntos profesores y estudiantes de nuestro grado de Educación Social con profesores y estudiantes de la Universidad Politécnica, de los grados de Bellas Artes, Ingeniería Agrícola y Arquitectura. En algún caso, por ejemplo, durante el recorrido por Orriols, fue la ong Valencia Acoge la que nos brindó compañía y espacio para el encuentro y el diálogo. En otro caso quisimos experimentar la ciudad desde la mirada del migrante sin papeles, dejándonos conducir, desde el inicio en la Estación de Autobueses, por el deambuleo y los locales frecuentados por los expatriados de la pobreza.
Una práctica, finalmente, que quiere ser de universidad abierta, nacida de las asambleas del aula, alejada del corporativismo de las titulaciones cerradas en si mismas -la complementariedad de saberes y experiencias entre sujetos y disciplinas es enriquecedora- y que no se ha dejado someter por los discursos burocratizantes del credencialismo -nadie obtiene créditos de más por realizarla-.

BIBLIOGRAFÍA
ALONSO, Graciela y DIAZ, Raúl (2003) Hacia una pedagogía de las experiencias de las mujeres. Buenos Aires, Miño y Dávila Edit.
BAUDELAIRE, Charles (2002) Obra poética completa. Texto bilingüe. Madrid, AKAL.
BENJAMIN, Walter (2005) El libro de los pasajes. Madrid, Edit. AKAL.
CARERI, Franceso (2007) Walkscapes. Walking as an aesthetic practice. Barcelona, Gustavo Gili.
GROSSBERG, Lawrence (2010) Estudios Culturales. Teoría, política y práctica. Valencia, Letra Capital.
MANDOKI, Katya. (2006) Estética cotidiana y juegos de la cultura. México,
Prosaica Uno.
MARTÍNEZ BONAFÉ, J. (2010) "La ciudad en el curriculum y el curriculum en la ciudad". En el libro: GIMENO, J. (ED) (2010) Saberes e incertidumbres sobre el curriculum. MADRID, EDIT. MORATA.
WILLIAMS, Raymond (1994) Sociología de la cultura. Barcelona, Paidós.