Jaume Martínez Bonafé
Un grupo de chicos adolescentes, en la clase de dibujo, montan un collage en el que alrededor de la foto de Hitler aparecen frases y fotografías exaltadoras del nazismo y del franquismo. Unas mesas más allá otro grupo de chicas al observar el contenido del trabajo les increpan y muestran su desacuerdo. Se produce una discusión con cruces de calificativos y alguna que otra amenaza. La profesora de la asignatura se da cuenta del barullo y les invita a calmarse y no montar tanto jaleo. Cada cual acude a su tarea, y la clase continúa con aparente normalidad, hasta la salida del instituto, donde continúa el enfrentamiento.
Todos los años muestro en mi clase de Educación Social lo que anuncio como “una de las secuencias de terror más escalofriantes que he podido ver en el cine” y a continuación proyecto en la pantalla del aula un fragmento de la película Cabaret que seguramente muchos de Uds. recordarán. Es una hermosa y soleada mañana y la plaza del pueblo está repleta de ciudadanos tomando amigablemente cerveza y charlando sentados en las mesas del casino o en los bancos del parque, donde juegan los niños. De pronto se escucha una encantadora voz que inicia una hermosa canción a cappella: Tomorrow belongs to me Live. Se muestra en primer plano el rostro de satisfacción del bello joven rubio que la canta. La cámara recorre su cuerpo y muestra su uniforme de las juventudes nazis y el zoom le muestra finalmente entero, en posición de firmes, con la cruz gamada en su brazo izquierdo. La canción continúa y una chica se le suma y a continuación otros jóvenes y después diferentes personas de la plaza. Finalmente, todo el mundo está en pie cantando la canción con el brazo en alto, ante la mirada tristemente lúcida de un hombre de edad avanzada que adivina la que se le viene encima. La secuencia se cierra con la sonrisa, distante e incrédula, de un par de jóvenes burgueses y la pregunta de uno hacia el otro: ¿todavía creéis que les parareis los pies?.
No se que pensaría la profesora de Dibujo ante la situación que se produjo en aquella clase de un centro público de Secundaria. Puede que pensara que ya vendría el profe de Educación para la Ciudadanía (ah! no, que en tercero no toca esta materia!) Puede que pensara que eran cosas de niños y niñas, al fin y al cabo, lo eran. Puede que, estratégicamente, al mirar hacia otro lado estuviera protegiendo la pintura de su coche. Da igual, la cuestión es, más allá de este caso concreto, cuál es el proyecto educativo de una escuela pública, cómo se trabajan las disputas ideológicas y cómo se neutralizan las ideologías de la intolerancia y el terror. A mi me parece que bajo las palabras tolerancia, pluralismo o neutralidad se esconde a menudo un peligroso discurso desmovilizador de las conciencias críticas. Todo se resuelve en el plano de las opciones individuales y ahí tanto monta, monta tanto. La educación es un proyecto público y por tanto comunitario. La comunidad se dota de recursos para la construcción de una ciudadanía activa, crítica y responsable. Y ese es el mandato al funcionario, al servidor de la comunidad: la educación del ciudadano. Una educación que le provea de herramientas para pensar por si mismo el mundo que está viviendo y le dote de procedimientos para la intervención responsable en ese mundo.
Es cierto que la actual estructura curricular en nada favorece este proyecto. Y en ocasiones, claramente lo impide. La fragmentación disciplinar y el academicismo son herencias pedagógicas demasiado antiguas para responder a las demandas actuales de la escuela. Creer que uno entra en el aula a “enseñar Biología y nada más” es un argumento social y pedagógico insostenible. Y creer que las insuficiencias cívicas que escupe cada época las resolvemos en la escuela con nuevas materias y más fragmentación es miope o perverso. O no vemos suficiente o estamos poniendo parches a la vieja rueda de un motor que hace tiempo que dejó de funcionar.
Los educadores tenemos una gran responsabilidad, y para ejercitarla necesitamos formación y condiciones de realización. Los mañanas, todos los mañanas están por hacer y a todos y todas nos pertenecen vivos. Pero esos mañanas se construyen en el cotidiano de cada aula y de cada centro. Yo se muy bien que poner la foto de Hitler en un trabajo de collage para la asignatura de Dibujo es una estúpida anécdota infantil sin mayor relevancia. Pero desconozco el momento en que las estúpidas anécdotas dejan de serlo y un día te despiertas y en la plaza están cantando que el mañana que pertenece a unos pasa por la aniquilación de los otros.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Para que nos nos roben más pasta, ...también!!
No se si cuando esta columna se publique nos habrán vuelto a bajar el sueldo, o suprimido alguna paga o esos "complementos" sin los cuales el concepto sueldo pierde su verdadero significado. No se cuantos interinos más se quedarán sin trabajar y cuantos jóvenes titulados no podrán acudir a las convocatorias de oposiciones. Si eso pasa, se hará con la legitimidad que otorga la democracia formal: el apoyo en las urnas. No se tampoco cuantos lectores de esta columna se consideran progresistas o de izquierdas, aunque tampoco me puedo imaginar a un educador que no se apasione por el cambio, la renovación, el desarrollo de los pueblos, la crítica social, el pensamiento libre. Por eso me encuentro algo confuso: educamos a los que votan, y a los padres de los que votan. ¿Qué les estamos enseñando? Me he encontrado a gente muy pobre maldiciendo al inmigrante cuando se lo tropieza en el metro. Les he escuchado declarar que eso del nacionalismo es la peste. Y cuando quieren insultar pueden recurrir la palabra comunista. No diré que la culpa de la idiotización generalizada venga de la esuela. No digo eso. Pero me pregunto qué herramientas conceptuales y procedimentales activan los curricula escolares. La capacidad de ser sujeto, la capacidad para tomar en nuestras manos los destinos de nuestras vidas, la lucidez, la sabiduría, el pensamiento crítico, todo eso que alimenta la conciencia crítica y la inteligencia, todo eso, digo, debe cultivarse en la escuela. Es nuestra obligación como servidores del pueblo: educar; educar de verdad, educar contra el proceso creciente de idiotización social. Yo lo aprendí de Freinet, y lo subrayó Gonzalo Anaya: no se puede ser progre en la calle y carca en el aula; no se puede ser un renovador en el aula y un conservador en la calle. Hay que estar en los dos frentes a la vez. Primero, por los niños y las niñas, que han de crecer sabiéndose con capacidad para pensar un mundo mejor y más justo. Pero también, si queréis, para que no nos roben más dinero del que ganamos con nuestro trabajo.
viernes, 18 de noviembre de 2011
martes, 15 de noviembre de 2011
ESTUDIOS CULTURALES
"La escuela y el profesorado en la canción popular", publicado en Cuadernos de Pedagogía, 408, enero 2011.
lunes, 14 de noviembre de 2011
domingo, 6 de noviembre de 2011
Obrint Pas ens visita a l'aula!
En efecte, Xavi i Miquel (Obrint Pas) ens visitaran a l'aula FC1 el proper dimarts, 15 nov. per tal de xerrar amb nosaltres sobre el paper del músic com educador social. Us deixe ací un enllaç que ens ajuda a conèixer part del seu treball i preparar bé el cercle de cultura.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Documental: Indignados
"Indignados" es una buena herramienta para entender y entendernos; hemos vivido y estamos viviendo un proceso social de participación crítica muy potente, y este documental nos regala claves analíticas, testimonios y piezas de evidencia para comprender el proceso y continuar enriqueciéndolo.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Sobre presupuestos y universalidad de la educación
Es una brillante intervención en la Asamblea de Madrid
http://profesorgeohistoria.wordpress.com/2011/10/14/excelente-intervencion-en-la-asamblea/
http://profesorgeohistoria.wordpress.com/2011/10/14/excelente-intervencion-en-la-asamblea/
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